
Según un estudio sueco publicado en el Journal of the Royal Society Interfac, el aplauso es contagioso y la duración de una ovación depende del número de espectadores.Si tan solo un pequeño número de personas comienza a aplaudir puede extenderse por todo el grupo, y con que uno o dos individuos decidan dejar de aplaudir, el aplauso se apagará.
Para realizar su trabajo los expertos estudiaron imágenes de video de grupos de estudiantes que asistían a una presentación pública. Las palmadas generaron una reacción en cadena en la que, espoleados por el sonido, otros miembros de la audiencia se unieron a los vítores.
Los investigadores creen que aplaudir es una forma de «contagio social» que refleja cómo las ideas y las acciones ganan y pierden su momento. Refirieron los estudiosos que el equivalente en redes sociales como Facebook o Twitter sería estudiar si usted es más propenso a seguir determinada tendencia al ver que muchas personas lo mencionan o solo si sus amigos más cercanos lo hacen.
En los experimentos, la primera persona empezó a aplaudir 2,1 segundos después de que terminara una breve presentación realizada por un estudiante, y el resto de la sala estaba dando palmas al unísono y sin excepción tan solo 0,8 segundos más tarde.
(Tomado de Planeta Curioso)